miércoles, 25 de marzo de 2009

Dragones

Aquel desierto pueblo tolimense no parecía tener nada fuera de lo común, hasta que al torcer una esquina los vi. Miles de dragones de colores bailaban por las calles, cada uno distinto al anterior, llenando las paredes con sus mágicos colores. Paseé durante horas observando sus formas en inerte movimiento, tratando de comprender su significado.

Al final, intrigada, me acerqué a un viejito que me miraba desde detrás del mostrador de la única tienda y le pregunté que quién los había dibujado. Me explicó que esos dragones eran la obsesión de un muchacho del pueblo que siendo muy pequeño había visto morir, escondido en un armario, a toda su familia a manos de los paramilitares. No supo decirme la relación que los dragones tenían con ese hecho, así que me dediqué a buscar al muchacho por todo el pueblo, hasta que, bien entrada la noche, lo encontré sentado en la puerta de una destartalada casucha. Me senté a su lado y traté de compartir un rato su silencio, pero la impaciencia pudo conmigo y no pude evitar preguntarle. “Para los chinos, los dragones representan el renacer” me dijo mirándome con sus ojos infantiles llenos de pesar. “¿Crees que tu familia podrá renacer gracias a tus dragones?” le pregunté consternada. “No, esa idea nunca la he tenido” respondió calmado, “pero aún mantengo la esperanza de que algún día yo pueda volver a nacer”


Acabo de escribir este relato o cuento, con mala calidad sin duda para lo que la historia se merece. Esta es una historia real que según me han contado esta tarde, conoció una periodista del país. Me gustaría saber cual es ese pueblo, poder ver los dragones y conocer a ese pobre muchacho cuya vida terminó por culpa de un fenómeno que según el presidente Uribe no existe realmente. Pido perdón al chico de los dragones por no saber contar mejor su historia; si alguien tiene alguna sugerencia de cómo hacerlo, la aceptaré encantada.

2 comentarios:

  1. está mu wapo, y siempre me a enkantado kmo escribes, esto inkluido XD.

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  2. Al nacer comenzamos a morir... y al morir nacemos de nuevo...

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